martes, 7 de octubre de 2008
“Salones de la Fundación Pro Arte 1982 - 2001”
El Museo Provincial Emilio Caraffa es actualmente sede de la muestra “Salones de la Fundación Pro Arte 1982 - 2001”. En la misma, se exponen 20 obras que fueron premiadas a lo largo de las dos décadas de certamen local y que rinden homenaje al mismo. Simultáneamente, se exhibe en la sala un video documental con registros fotográficos de la totalidad de las piezas premiadas.
En estos años, dicha fundación privada dedicada a la cultura, de la mano del mecenazgo empresario, ha desarrollado un papel fundamental para la difusión y consagración de nuevos artistas y se ha convertido en un espacio legitimador local. Por su parte, el museo, ha sido sede de exposición y premiación y ha incluido en su colección algunas de las piezas galardonadas.
De esta forma, el caso tomado, no es más que una muestra del nuevo escenario en el que se presentaba el arte en el siglo XX. Como en todos los períodos históricos, son los actores dominantes y más influyentes los que muchas veces determinan el funcionamiento de los sistemas de circulación de sentidos. Es entonces que, los actores privados protagonistas, las empresas, participan -y hasta hacen posible- espacios destinados al arte. Empresarios, organizaciones privadas y organismos del estado, deben hoy trabajar conjuntamente para el desarrollo artístico, en pos de la promoción y preservación de la cultura nacional y local. De otra forma, sin este apoyo económico, se dificultan las oportunidades de ingreso al circuito.
Por otra parte, haciendo ahora referencia a las obras expuestas, podemos decir que se alinean movimiento neoexpresionista y los motivos y técnicas que podemos hallar son diversos. Así, al hacer mi recorrido, me interesó destacar la obra de Alberto Eduardo Camps, ganadora en 1988 y perteneciente a la colección del Museo Caraffa, titulada “Las Tres Gracias”.
Basta con observar la pintura para remitirnos a la famosa obra de Rafael Sanzio, que posee el mismo nombre y que fue concebida en la “Edad de Oro” del arte europeo, en el renacimiento italiano. En este tiempo se buscaba un ideal de perfección y de armonía formal acorde con los postulados clásicos. Rafael, en este contexto, se basaba en el equilibrio, pureza de lenguaje y sobria elegancia. De esta manera, las dos imágenes chocan en nuestra mente al presentar tan diversos sentidos, técnicas y efectos pese a conservar una disposición similar. La mujer del medio, es vista de espaldas y su cabeza está de perfil. Las otras dos, de frente, inclinan sus cabezas en sentido opuesto y sus brazos se enlazan con los de su hermana, apoyándose las tres mutuamente.
Sin embargo, la obra del consagrado pintor italiano, muestra las tres Gracias desnudas y agrupadas tal como lo hacían en la antigüedad. Las mismas representaban según la mitología, tres divinidades. Elegancia en las actitudes, rostros serenos, armonías sutiles de luz y color, de líneas y volúmenes, impregnan la obra que muestra las figuras prototipo de belleza clásica.
Por el contrario, en la obra del pintor nacional y contemporáneo, aparecen representadas las figuras de las mujeres de manera grotesca. Con pinceladas largas, trazos amplios, pintura muy empastada, con el fondo compuesto por manchas de color y tres flechas que señalan la parte posterior de las mujeres, tiene lugar una pieza de carácter más emocional y expresivo. Así, el autor realiza una cita a la historia del arte a través de su discurso individualizado. Nuevos métodos permiten realizar una contestación a la pintura académica sin cánones establecidos y con las emociones subjetivas a flor de piel.
Resulta interesante luego de haber abordado los distintos movimientos de la historia del arte y de haber analizado artistas tan consagrados siglos atrás por sus técnicas y criterios, y que vivían en un contexto repleto de convenciones rigurosas, poder ver la diversidad en los lenguajes de esta sala.
La muestra permanecerá hasta el domingo 12 de Octubre, en la Sala 2 del Museo Caraffa, sito en Av. Poeta Lugones 411, Plaza España. Los horarios son de martes a domingos de 10 a 20 horas y la entrada general es de tres pesos, con excepción del día miércoles que es sin cargo.
M. Celeste Torresi
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